Es una tumba la que se acerca
A la mugrienta lápida de la esperanza
Una desesperada alma con una guadaña
Intenta desenterrar los restos olvidados
Y aunque son pocas sus posibilidades
Aun está allí… intentando.
La tumba es profunda y muy bien enterrada
Entre la arena negra, el fango y los gusanos están jugando
El mensaje profano que nos impone
Invade con una suavidad brutal a nuestro pobre espíritu
Y la sombra, como si tuviera una enfermedad hipocondríaca,
Son sus nervios los que hacen temblar sus frágiles manos.
Es como un sueño, mas bien una pesadilla,
Un impedimento que obstaculiza la realidad
Heridas profundas en la adormilada valentía
Debilitan cada día esas ganas de luchar
Tal cual hipogrifo sin alas soñando volar
La sombra… ¡infortunada sombra!... aun intentando está.
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