POEMA V (Palabras como Sentimientos)

Una rosa negra nace de un jardín albino
Cuyos doce pétalos representan el año de tu ausencia
Cada espina que brota de ella
Son encarnaciones de los días sin tu presencia.

Un bello ser, diferente en la sociedad que nació
Que hiere en diferentes formas
A las dóciles manos que intentan cuidarla
Las cuales sangrando se alejan lentamente.

Las heridas en las manos
Provocan el sangrado intenso
Que es tan solo mis deseos
Que lentamente están saliendo.

Doloroso, es cierto
Pero al fin salen
De las cuevas húmedas y sombrías
Escondidas en lo profundo de mi mente.




Unas cuevas que son habitadas
Por las llamadas memorias
Recuerdos, quizás,
Pero en fin allí están
Plobadores que tienen vergüenza
De salir al mundo real
A procrearse con la verdad,
Y a llenarse de eternidad.

Una psicosis ataca mi inconsciente,
Y hace que esas cavernas se gasifiquen
Aplicando la euforia
Como castigo a mis recuerdos,
Me vuelvo un demente
Ansioso de querer sobresalir
De querer cambiar y de poder al fin
Terminar la letanía que alguna vez empecé. 



[Cuento] EL ASESINATO

No todos los días se podría apreciar un día tan agradable en la ciudad de Yorkshire. Era frío pero los pocos rayos de luz que llegaban a la superficie calentaban lo suficiente como para tener una sensación de calidez que hacía que olvidaras la frialdad que emanaba la ciudad.
La rutina, como era de esperarse, invadía las mentes de los habitantes de esta ciudad, todos a cumplir con su labor, así como yo: Mi nombre es Matthew, y tengo 28 años. He vivido aquí toda mi vida, esperando algo que cambie en este aburrido paradigma diario, sin éxito claro, hasta que la vi por primera vez, sentada en un banco de una plaza, dando a las palomas de comer. Se veía tan tierna, y sólo me dediqué a observarla; me sentía estúpido, ella me agradó mucho a la primera vista y no estaba haciendo nada, así que puse pie firme, y fui hacia ella, la saludé y hablamos.

[…]

Hoy, tengo 31 años, su nombre era Nadia, y hemos formado una grandiosa amistad, pero, yo sentía algo mas, estaba profunda y totalmente enamorado de ella, y tenía cierta obsesión por averiguar si ella sentía lo mismo hacia mí. Y es que ella jamás parece haberlo sentido, nuestra amistad era tan grande, pero amor, no parecía mostrarse a parte de las minúsculas indirectas que yo le daba. Recuerdo que una vez le mandé flores, lirios blancos, para su cumpleaños, eran sus favoritos y cuando vi su rostro lloroso de agradecimiento, oh, hizo que me enamorara aun mas de ella.
Me estaba preparando para salir a comprar las cosas para la cena de hoy, Nadia iba a venir y yo estaba emocionado. Escuché en la radio que debíamos tener cuidado porque había un asesino serial que iba de ciudad en ciudad matando gente, y que era probable que hoy llegara a la nuestra, vi por mi ventana que habían policías en todos lados. Cogí las llaves y mi abrigo, abrí la puerta, había alguien esperándome allí, me dirigió una de las sonrisas mas tenebrosas que había visto, y me golpeó con algún objeto, y caí.
[…]
Abrí mis ojos, estaba en mi sala, las ventanas estaban cerradas y ningún rayo de luz pasaba por ellas; intenté moverme pero estaba atado a la silla y me sentía muy cansado, intenté hablar, no pude, estaba amordazado. Observé a mi alrededor, allí había alguien, el mismo que me golpeó. Estaba con un mandil y con una mascarilla médica, junto con unos utensilios en una mesa que parecían bisturíes, era, como si se preparaba para operar a alguien. Me dijo que me calme, que todo saldría bien, yo no tenía las fuerzas para discutir, me sentía mareado. Agarró una cuchilla, y se me acercó sigilosamente. Ya no podía escuchar lo que me decía, o por lo menos yo no lo entendía; tomó mi brazo con fuerza, y comenzó a cortar mi piel suavemente mientras yo pegaba un grito que se vio apagado por la mordaza que llevaba. Cortaba en forma rectangular a lo largo de mi antebrazo, y cuando hubo terminado de completar el rectángulo, me despojó de la piel y yo podía ver mis músculos junto a mis venas y demás partes anatómicas, me rehusé a gritar, me había dolido tanto que después, ya no pude sentirlo. Lo mismo hizo con el otro brazo, luego comenzó a examinarlos, como jugar al doctor, mientras separaba mis músculos e identificaba mis venas. Me desangraba, cada vez me sentía más débil, pero no me desmayaba, estaba ahí, observando el horror que estaba viviendo. Me habló, recuerdo esas palabras: “Eres un hombre muy saludable, lástima que tengas que morir, tu anatomía es interesante”. No entendí lo que quiso decir con eso, pero acto siguiente, tomó un cuchillo de cocina, me lo inserto en la boca del estomago y me abrió el abdomen en forma vertical hasta llegar al ombligo, me caí junto con la silla, y el huyó, dejando la puerta entreabierta.
Mientras me desangraba, pensaba en lo que había vivido, y que mi objetivo sólo era pasar mis días con Nadia, los segundos pasaban y parecían horas. Era de noche y alguien, de pronto, abrió la puerta, era ella, mi amada Nadia, la que nunca me dirigió ninguna señal de amor más que de amistad, mi musa, mi lirio.
Y estoy aquí, en los últimos segundos de mi vida, y en el momento que vi su expresión de horror ante lo sucedido, sabía que me amaba. Esta es mi historia, que te cuento desde mi último suspiro en esta vida, para demostrarte que cuando amas no es necesario solo aferrarse a la vida por ese sentimiento, es también morir con la dignidad de haber amado y haber sido amado. Cerré los ojos, me dejé llevar.


Profanador de Tumbas

Es una tumba la que se acerca

A la mugrienta lápida de la esperanza

Una desesperada alma con una guadaña

Intenta desenterrar los restos olvidados

Y aunque son pocas sus posibilidades

Aun está allí… intentando.

 

La tumba es profunda y muy bien enterrada

Entre la arena negra, el fango y los gusanos están jugando

El mensaje profano que nos impone

Invade con una suavidad brutal a nuestro pobre espíritu

Y la sombra, como si tuviera una enfermedad hipocondríaca,

Son sus nervios los que hacen temblar sus frágiles manos.

 

Es como un sueño, mas bien una pesadilla,

Un impedimento que obstaculiza la realidad

Heridas profundas en la adormilada valentía

Debilitan cada día esas ganas de luchar

Tal cual hipogrifo sin alas soñando volar

La sombra… ¡infortunada sombra!... aun intentando está.


No. 
Claro que no.
Esto  no da para mas.
La sordida forma en la que te deslizas
hacia el uniforme campo de la locura no es la correcta.
No.
No puedes ingresar con un dote de razón ni de despecho.
Solo son los alucinógenos que nos permiten cruzar
a través de esas puertas inmundas del universo orate,
de amor sin sentido y de cariño superficial.
No.
No permitas que esas incansables ganas de caer
te aten hoy a ese deseo de razón ante una utopía
no permitas que tu quimera muera hoy mi corazon!
no permitas que se desvanezca aquella sonrisa
lugubre,
tierna,
hermosa.

Las Redes

Suelen las personas, a veces por diversión
Sus sueños cazar y en una red atrapar
Como marineros de alta mar de la era medieval
Pescando en el blando firmamento azul
¿Quién sabe quizá para que?
¿Será para alimentar los deseos dormidos?
¿O simplemente para saciar una gula inexcusable?.

Son esos deseos como pájaros en una jaula
Cantando melodiosamente para no caer en la tristeza
De no poder ver y recorrer el mundo que se les antoja
Y morir sabiendo que la libertad por sus venas corrió
¡No les importaría aunque sea volar con el ala rota!
Tan solo poder imaginar lo que el horizonte nos reclama
Excita hasta el último tope de placer en nuestra alma.

Son sueños tan fuertes como las invasiones de Atila
Tan firmes como la pisada de su soberbio caballo
O quizá tal vez como la resplandeciente Excalibur
Pero, a igual que Héctor en la batalla contra Aquiles
Muerto cae en la dura superficie que alguna vez le perteneció
Yace ante los ojos de Príamo, los ojos del destino
Dos retinas rojas, que nos incita a la muerte.

Soneto para un alma errante

Los días son interminables mientras se camina en el valle del dolor 
En esos días donde las masas callan y el fuego se apaga,
Cuando los pasos se hunden y la tierra te traga,
Donde lo único que deseas es el término de esa agonía despreciable.

Son lerdos los zumbidos de la pobre alma errante
Que arrastra consigo la condena de su eterno error
De algo que nunca pensó pero que cometió
De la peor jugarreta que su mente jamás le jugó

Algunas veces cae, y cree que no puede levantarse
En esos momentos, ¡YO!, y solo yo, fui el que lo sostuvo
Pero el abrumo era tal que cada vez que lo tocaba era yo el que también caía.

Algunas veces muere, y cree no poder vivir otra vez
En esos momentos, ¡YO!, y solo yo, fui el que no estuvo de acuerdo con el
Pero el abrumo era tal, que cada vez que lo negaba, era yo el que también moría.


No te manifiestes

No me vengas
No estes así
No trates de burlarme
No trates de engañarme
La verdad no se oculta tras tus ojos
La verdad se refleja en tus labios
Cuando besas
Cuando muerdes
cuando hablas

Estando aqui he perdido mi inmunidad
Estando aqui he perdido mi vision
Estando aqui he perdido mi habla
Estando aqui he perdido mi paradigma

No tengas vergüenza de decir que me amas,
El amor es para debiles
y tenedme aqui, cayendo, debil.

Quiero hacerte el amor

Quiero hacerte el amor, con violencia, sin pena; 
quiero hacerte el amor como un maniático,
con la dulzura mas orate posible.
Quiero hacerte el amor,
como si el mundo se acabara hoy para renacer mañana en otro sentido.
Oh, quiero hacerte el amor.

Quiero hacerte el amor como un sinverguenza,
al que no le importe esas miradas profanas que se deslizan
entre las entrañas de los estereotipos
Quiero hacerte el amor como un loco,
liberado de aquellas cadenas que lo ataban a la cordura infiel
Quiero hacerte el amor con un sentimiento despiadado y sin perdón,
de la condena mortal exiliado.

Quiero hacerte el amor como un humano
y profanar tu divina belleza envidiable.
Quiero hacerte el amor sin importar irme al infierno,
del cual escaparía para volver a verte.
Quiero hacerte el amor sin objetivo alguno,
o quizás con todos, para saber al menos que respiro.
Quiero detener las manijas del tiempo y decirte:
!Quiero hacerte el amor¡