Mañanas de flores, rosas y vodka.

A Castaña le gustaba el vodka, le gustaba que aquel líquido incoloro de olor particular embriagara su noche mientras sonreía gentilmente a cual persona se presentara. Castaña tenía un oso, uno pequeño, diminuto, inofensivo. Es pequeño oso loco, orate, hiperactivo, pelón, negro, despreocupado, desaliñado, con olor a león, seguro de sí mismo, inseguro de los demás, con aliento a Whiskey, con aliento a "déjame libre cabrón"y "hazme jugar pelón", nada le importaba y estoy seguro que a mi tampoco y que a Castaña le daba igual. Eran tal para cual, el mundo era un envase de vidrio, tan frágil, tan hermoso, transparente, sin secretos, así como cuando Castaña dirigía sus ojos a través de mis muros de "no te preocupes pequeña" y alteraba con desosiego toda mi percepción mientras aquel oso pequeño enano diminuto, saltaba rogando por atención y yo sólo podía notar como el ardiente cabello d fugo de Castaña se agitaba con la pequeña brisa,aquel enano oso me lamía, mordía mis zapatos y violaba mis piernas así como Castaña violaba mis pensamientos, mi privacidad, mi entendimiento. Castaña y ese oso enano pequeño negro diminuto tirno con olor a león, eran tal para cual, los dos llenaban ese vación que sientes al despertar una mañana y hueles el rocío del Whiskey y el humo del cigarro, cuando tus tardes apestan a licor de bar caleta donde alguna vez el Charly García cagó en el water, ese vacío depronto es rellenado con el olor a flores, rosas, vodka, a ropa limpia, a pureza, a vainilla, a cabello mojado, a "te quiero también", a sonrisas, a Castaña y aquel oso negro pequeño enano diminuto tierno.